En una Nizhni camaleónica que despierta por el bullicio de los visitantes, argentinos y croatas hacen su juego sin quitarse la mirada de encima. Falta todavía para el partido por el Grupo D, pero acá en el peatonal de la antes llamada Gorki, los hinchas buscan hacer la diferencia, ganar el primer round; el moral, el del tablón. Si fuera por números, los nuestros arrasan en el boca de urna. También lo hacen en repetir sin parar y sin soplar el mismo himno que se escuchó en Moscú. El que le habla a Brasil, el que le avisa que llegó papá a Rusia ya y que la Copa del Mundo se vuelve para Argentina.

Ese es el canto de guerra nacional, a veces intercalado por el Himno Nacional, tarareado ante la ante mirada de los vecinos croatas que sienten la necesidad de hacer valer la suya. Que así sea. Levantan la voz y aceleran a fondo en su afán de cortar con la melodía celeste y blanca. Se desgarran las cuerdas vocales, entre cuatro cinco, máximo siete. Hay espasmos en los que parece sonar más fuerte su melodía, pero es cuestión de estar parado hacia donde corre el viento.

La división entre ambos es entre locales, porque en la peatonal están unos a la par de otros, conversando, ladrándose en el buen sentido de la palabra. Una señora de no más de metro 50 es la que quiere unir a los dos bandos en fotos. Es argentina y se cuela entre tres torres, teniendo en cuenta su altura. Genia. Sonrisa y diga wiskhy. En Nizhni vuela la cerveza.


EN FAMILIA. Drago viajó junto a sus hijos: Matia, Karmen y Sandra, quien se robó la miradas de los argentinos por su belleza. 

Entre los que desean la paz y no la guerra, es el deseo generalizado en realidad, está Alexandro, que junto a dos amigos lucen una bufanda de raso partida exactamente en mitades iguales, con el escudo de Croacia y el de la AFA. Amistad. “Espero que pierda Argentina. Croacia tiene chances de sumar los tres puntos, somos un equipo fuerte”, se anima a vitorear Alexandro, que ya está en estado de muñeco inflable con base de plomo, se mueve de izquierda a derecha. Un limpiaparabrisas. Copitas de más le dicen.

Aunque parezca que está al borde del nocaut, Alexandro se pone un tanto más serio. Ha querido bromear, desliza. Pero tira un palo nuevamente. “Argentina tiene solamente al ‘Jefe’ Lionel Messi. Lo vi contra Islandia y no hizo un buen partido. Espero siga así, de lo contrario no nos será tan sencillo”, chin chin, gracias Alexandro.

Matia está en familia, con Drago, su padre, croata, croata puro, y sus dos hermanas, Karmen y Sandra, una diosa de piel blanca maravillosa y unos cabellos largos brillantes y negros como el ébano. Sandra sabe de fútbol. “Me gustaría que gane Croacia, pero va a estar difícil. Argentina es un muy buen equipo”, le responde al cronista de LG Deportiva después de sacarse unos Ray Ban de lente marrón que desnudan unos ojos celestes que encandilan. Infernales. Karmen acompaña con algo de vergüenza.

El que sí se anota en la conversación es Matia, al borde de los 40 y con una panza bien alimentada. Clarito, Matia es de buena comer. Y de buenos análisis, de hecho, porque el hombre no se reduce a la seducción que provoca Messi (o su maravillosa hermana), sino entra más al detalle. “Escuché que su técnico tiene algunas dudas, cuestiones a resolver y que hará cambios. Argentina va a estar excelente, eso me preocupa. Igualmente, creo que nosotros estaremos a la altura y les competiremos de igual a igual”, crack Matia, que no para. “Podemos competirles, Croacia como equipo es más que Argentina. Tenemos mejores condiciones (que Islandia) para competirles”, insiste. “Pero es complicado. Tienen a Messi, a Paulo Dybala, a Gonzalo Higuaín, a Ángel Di María, todos grandes jugadores”, se preocupa. Matia no le pierde la fe a Croacia, aunque su clave, entre ganar, perder o empatar, está ligada al funcionamiento de la Selección. “Dependerá de ustedes. Si están bien, será complicado para nosotros”, gracias amigo, gracias Sandra. Love.

Papa Drago está en modo avión, sonríe pero no entiende una palabra de lo que se habla, hasta que le llega su turno. Sandra le pregunta, Matia después nos traduce (dejala a ellaaaaaaaaaaaaaaaaa). “Croacia y Argentina son favoritas a avanzar en este grupo, pero dependerá de ustedes, de si son líderes o no. Es ser o no ser. Necesitan ganar”.

Lo siguiente de Drago es Messi. “Tenemos jugadores que pueden encargarse de él, debemos cuidarlo bien”, asegura y estrecha la mano. Matia le sigue, lo mismo que Karmen y Sandra, que deja una buena. “Ojalá les vaya bien a ustedes también en este Mundial”, te queremos, Sandra, te queremos.

Krasso, que maneja la movida croata, dice: “imagino un partido abierto, de buen fútbol. Argentina será la que tenga la pelota, pero el resultado puede caer para cualquiera de los dos”, opina Krasso, y después se larga. “Argentina es favorita por Messi. Messi no es Croacia, pero Croacia es mejor equipo, por su conjunto. Y Croacia sería mejor equipo que Argentina si Messi no jugara”, quiere todas él. Enredo total.

No es un ultimátum, pero Krasso cree que esta es la última chance que tiene esta gran camada de futbolistas de conseguir algo importante. “La mayoría juega en los mejores clubes de Europa. Esta generación tiene esta última oportunidad de hacer algo. Tenemos grandes expectativas en ellos”, habla por el pueblo croata Krasso y deja otra que descoloca: “Con el 1 a 1 me conformo y que después le ganemos a Islandia”. Volvamos con Sandra.